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23 febrero 2013

Lo sacan del avión por tomar fotos de un asiento - United Airlines

Escritor de viajes es sacado de un vuelo de United Airlines, por tomar una foto dentro del avión:

Matthew Klint es un viajero que escribe sobre sus travesías por el mundo. Además es muy leal a United Airlines y para que se den una idea, el año pasado viajó más de 200,000 con esta compañía aérea. Es decir, que se la pasa en el aire tanto como se la pasa en tierra.

Klint escribe para medios como el Washington Times, BBC, USA Today, Toronto Star, etc., y también tiene un blog llamado "Let's Fly" (Volemos).

Pero la semana pasada, Klint la pasó mal en un vuelo que iba a ir de Newark a Estambul: él fue sacado del avión por tomar una foto del asiento en frente de él.

La historia es como sigue: Sentado en un avión tipo 767-300, y habiendo sido ascendido a clase ejecutiva, Klint sacó su iPhone y tomó la foto que ven aquí abajo:

foto de la pantalla en los asientos de primera de united airlines

Como ven, la foto muestra la pantalla disponible a cada pasajero, en cada asiento, pero a poco de tomar la imagen, una aeromoza se le acercó y le pidió que dejara de tomar fotos, que estaba prohibido.

Ella le mostró la revista de la aerolínea, llamada Hemisphere, en donde detallan las políticas de United, sobre "Foto y Video Abordo".


"El uso de cámaras de fotos y video, de película o digital, incluyendo cualquier celular o cualquier aparato que tenga esta capacidad, se permite sólo para grabar eventos personales. La grabación de audio o foto de otros pasajeros, sin su expreso consentimiento previo, está estrictamente prohibido. Además se prohibe grabar en audio o video, al personal de la aerolínea, equipo del avión o sus procedimientos. Cualquier fotografía (video o estática) o voz, o grabación de audio, o transmisión mientras se está abordo de cualquier avión de United Airlines, está estrictamente prohibido, excepto si está permitido por United Airlines".

Klint comprendió esto y guardó el iPhone, mientras la aeromoza corría a llamarle la atención a otro pasajero que también estaba tomando fotografías del avión.

Pero sintiendo la necesidad de disculparse o hacer que la aeromoza comprendiera, la llamó hasta su asiento para que colgara su saco, y le explicó: "Quisiera que entienda el por qué estaba tomando fotos. Espero que no piense que soy un terrorista. Aquí está mi tarjeta (le ofreció una). Escribo sobre United Airlines a diario, y los chicos de United en Chicago conocen de mi blog".

La aeromoza no aceptó su tarjeta diciendo: "No. Está bien. Yo no sabía eso".

Pero luego la cosa se puso más fea, puesto que un representante de Global Services se acercó hasta su asiento y le pidió que saliera del avión, y encontrara otro vuelo para llegar a Estambul. "El piloto no se siente a gusto con usted", le dijo.

Muy sorprendido pidió que le preguntaran a la aeromoza si era a él a quien debían bajar, porque no comprendía las razones para ello. Él había cumplido con guardar el celular y no volvió a tomar  una imagen más. Además, ya le había explicado que era un viajero y escritor.

Pero la aeromoza tímidamente confirmo que él era quien debía ser sacado del avión.

El propio piloto salió y se desarrolló el siguiente diálogo:

Piloto: Señor, no va a viajar en este vuelo.
Klint: ¿Podría decirme por qué?
Piloto: My aeromoza me dice que le dijo que dejara de tomar fotos y que usted no hizo caso.
Klint: Eso es mentira, capitán. Ella me dijo que dejara de hacer las fotos y así lo hice. Traté de explicarle el por qué estaba tomando las fotos. Soy un escritor de viajes. (le ofreció una de sus tarjetas, pero también la rechazó).
Piloto: Mire, no me importa. No va a viajar en este vuelo. Puede hacer las cosas fáciles o hacerlas difíciles. Llamaremos a la policía si es necesario.
Klint: ¿Por qué me amenaza? Su aeromoza miente. No desobedecí ninguna instrucción de la tripulación.
Piloto: Mire, ya estamos retrasados. Le recomiendo que abandone el avión ahora. Haga las cosas fáciles para usted. No nos haga llamar a la policía. Adiós.

Fue así como el escritor tuvo que bajarse y ver cómo podía llegar a su destino. Finalmente lo hizo pero tuvo que hacer más paradas de las esperadas.

La historia completa, escrita por el propio Matthew Klint, la pueden encontrar en su blog, haciendo click aquí.

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