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04 julio 2008

Niño es culpable del 11-S... al menos eso es lo que cree...


Curiosa noticia que publica el Telegraph, que da cuenta de que un niño de 10 años que padece de Transtorno Obsesivo Compulsivo y síndrome de Tourette, se siente culpable de los atentados ocurridos el 11 de setiembre. ¿Y por qué? se preguntarán ustedes. Es que el niño acostumbraba todos los días pisar una marca de color blanco que estaba en el asfalto (camino a su colegio seguramente) y justo el 11 de setiembre del 2001 no la pisó y ahora se culpa por las muertes en el atentado a las Torres Gemelas.

El niño tiene 10 años y los mejores médicos de la University College London creen que es el primer caso en donde un paciente se culpa a sí mismo por el ataque terrorista.

Espero que puedan tratar con éxito al chico y se le quite de la mente que es el culpable de las miles de muertes de ese dia... Pobre, debe de estar sufriendo mucho.

1 COMENTAN AQUI:

Fundamentalismo, un resultado de no saber contar.

Caída de las torres, no se perdió la Dama pero se puso en jaque al sistema.
¿Cuáles y cuántos acuerdos se saltearon, incumplieron, transgredieron y violaron…?
El psicoanálisis tiene algo para decir respecto de la estructura, lógica por cierto.
El 11-S resume el destino libidinal cuando el sujeto es incapaz de tomar nota de la tiranía del individualismo, sea de quien fuere.
No todos los lazos sociales son éticos; sólo para los que cuentan con esta condición se debería reservar el término “Acuerdo”.
El terrorismo es como si se soltara un eslabón. No obstante –para poder sustentarse- suele asociarse a otros eslabones de la misma condición. Se forman sociedades ilegítimas que, en su intento por combatir lo que dicen combatir, refuerzan el error –éticamente grave- implícito en la idea que se tiene de unidad. La creencia fetichista en la unidad, responde a un déficit en el orden simbólico. Es la base del egoísmo.
La interjección, de muda estirpe pulsional, que alguno –del bando oficial- profirió luego del 11-S, al decir “Justicia Infinita”, debería servirnos como ilustración de lo que fomenta al círculo vicioso terrorista: la ignorancia de lo que significa, en el sentido aritmético y literario, contar. Carlos Norberto Mugrabi.